Biblia Inspira NTV - Flipbook - Page 33
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Juan 3
19 —De acuerdo —contestó Jesús—. Destruyan este templo y en tres días lo
levantaré.
20 —¡Qué dices! —exclamaron—. Tardaron cuarenta y seis años en construir
este templo, ¿y tú puedes reconstruirlo en tres días?
21 Pero cuando Jesús dijo «este templo», se refería a su propio cuerpo. 22 Después que resucitó de los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho
esto y creyeron en las Escrituras y también en lo que Jesús había dicho.
Jesús y Nicodemo
23 Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él; 24 pero Jesús no
confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las personas. 25 No hacía falta
que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues él sabía lo que había en
el corazón de cada persona.
3
Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos. 2 Una noche, fue a hablar con Jesús:
—Rabí* —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos.
Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.
3 Jesús le respondió:
—Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo,* no puedes ver el reino
de Dios.
4 —¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo—. ¿Cómo puede un hombre
mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo?
5 Jesús le contestó:
—Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua
y del Espíritu.* 6 El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la
vida espiritual nace del Espíritu Santo.* 7Así que no te sorprendas cuando digo:
“Tienen que nacer de nuevo”. 8 El viento sopla hacia donde quiere. De la misma
manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco
puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu.
9 —¿Cómo es posible todo esto? —preguntó Nicodemo.
10 Jesús le contestó:
—¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas? 11 Te
aseguro que les contamos lo que sabemos y hemos visto, y ustedes todavía se niegan a creer nuestro testimonio. 12 Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de
cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales? 13 Nadie jamás
fue al cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre* bajó del cielo. 14 Y, así como Moisés
levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto, así deberá ser levantado
el Hijo del Hombre, 15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.*
16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio* a su único Hijo, para que todo
el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
18 »No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no
cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.
19 Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo,
pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas. 20 Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella
porque temen que sus pecados queden al descubierto, 21 pero los que hacen lo
correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo
que Dios quiere.*
3:2 Rabí, del arameo, significa «amo» o «maestro»; también en 3:26. 3:3 O de lo alto; también en 3:7.
3:5 O y espíritu. La palabra griega que se usa para Espíritu también puede traducirse viento; ver 3:8.
3:6 En griego pero lo que nace del Espíritu es espíritu. 3:13 Algunos manuscritos agregan quien vive en
el cielo. «Hijo del Hombre» es un título que Jesús empleaba para referirse a sí mismo. 3:15 O todo el que
crea tenga vida eterna en él. 3:16 O Pues así es cómo Dios amó al mundo: dio. 3:21 O puedan ver a Dios
obrando en lo que él hace.