Microcuentos 2021 - Flipbook - Página 17
Germán Larre
Vivir en cautiverio
Es cansado soportar tantas cosas.
Entre la pandemia, las crisis personales, el stress y la vida universitaria, no
queda mucho tiempo para sentirse bien.
Lo peor es que cuando una de estas esferas parece ir mejor, otra empeora
diez veces.
He pensado en las formas en que podemos seguir adelante. Pienso una y otra
vez en métodos que ayuden a poder ver las cosas de otro color.
Entonces respiro en cuatro tiempos, aguanto otros cuatro, y exhalo en cuatro
tiempos igual.
Y lo repito.
Y sigo repitiéndolo.
Pero lo único que parece cambiar es mi opinión sobre si respirar es un buen
método para aguantar la vida.
Trato de apoyarme en mis amigues, pero es difícil porque la virtualidad no
permite más que breves momentos de interacción. Un “buena cómo estás”
por WhatsApp, una videollamada para hablar sobre el día.
Aunque después de colgar vuelve a sentirse esa soledad que me acompaña
desde hace un rato.
Algunos días me quedo en el balcón y siento el calor del sol. Me fumo un
tabaco, veo Instagram y me pregunto si así será lo que queda de vida, si ya no
cambiará nada.
Me pregunto si habrá más visitas a la familia, más fiestas, más cumpleaños
entre amigues o más juntas en la Brasil después de clases para tomarse una
de esas promo dos por luca que vendían en la botillería.
-¿existirá esa promoción aún? ¿estará esa botillería todavía?Es difícil mirar todo con otros ojos cuando estamos encerrades entre cuatro
paredes, como si nos tuvieran en cautiverio, aguantando todo, aunque eso
nos cueste la vida...