Microcuentos 2021 - Flipbook - Página 3
Macarena Donoso Oyarzún
Basta!
La tristeza se me notaba en el cuerpo. Parecía un espantoso cliché porque
justo cuando dejaron el ataúd en la iglesia se puso a llover, así que me rendí,
apoye mi mejilla en la madera y le susurré al cuerpo de mi padre que ya no
podía seguir fingiendo, gritaría al mundo que el disparo lo había hecho yo y
no accidentalmente, el maltrato era demasiado, alguien tenía que poner
punto final.
primer
lugar