Microcuentos 2021 - Flipbook - Página 33
Matías Vidal García / Sugar
Dama de los insectos
Creo, que estoy perdiendo la cordura.
Desde el día primero, su imagen se grabó en mi memoria, algo fría he inerte, pero a
la misma vez cálida y algo tierna. Desapareciste cual espectro que hace su aparición
momentánea y se desvanece en cuanto le prestan atención.
¿Fue real en algún momento? mi mente dio vueltas desde entonces, muchas veces
solo me preguntaba si esa imagen era real, o era mi imaginación jugándome en
contra con una ilusión que pudiera enamorarme.
Pero no podría decir que lo que sentí durante tanto tiempo fuese amor o algo por el
parecido, simplemente estaba obsesionado en cierto punto con poder encontrar a
la dama de aquella foto que llego a mí por causas del impredecible destino.
Pero las cosas cambiaron de manera abrupta, cuando por fin te conocí y tuve el
placer de hablar contigo. Mi mente colapsó en ese instante, todo lo que quería era
encontrarte, y ahora que tú me hallaste, pensé que podía descansar. Que mi mente
podría estar en paz. Pero no fue así.
Ahora no solo tu imagen está grabada en mi mente, tu personalidad y tu gracia. Tu
originalidad y tu ingenio, también. Haces florecer la belleza que se encuentra en la
oscuridad. Creas arte a partir de lo más oscuro y macabro de la mente humana.
Logras hacer que el temor de algunos se convierta en fascinación por tu fatídica
forma de expresar tus sentimientos y emociones.
Dama de los insectos, invadiste mi mente.
Una persona tan increíble, bella y talentosa, que compara su existencia con la de un
insecto. Tal vez todos en el fondo lo somos, nada más que insectos, pero entonces
tu serias el más hermoso que pueda concebir este universo, en donde pude tener la
gratitud de volver a encontrarme contigo, o más bien, en donde me encontraste
cuando te estaba buscando.
Y ahora, no sé qué hacer, quiero hablarte todo el tiempo, quiero estar a tu lado,
pero tengo miedo de asustarte, tengo miedo de parecer obsesivo, tengo miedo de
perderte de vista una vez más.
Escribir, escribir es todo lo que me queda, te pienso a cada instante desde el primer
día en que te vi.
Dama de los insectos, entraste en mi corazón, como si fuera tu hogar.
Pero está bien. Como dije, escribir es todo lo que me queda, de esta forma puedo
sobrellevar el daño que me provoca el miedo a espantarte, así que continuare
escribiendo, poco a poco, hasta que seamos lo suficientemente cercanos
como para abrazarte y decirte al oído cuanta falta me haces.
Dama de los insectos, anhelo que pintes mi alma, con la misma
oscuridad que pintas tu arte.