Microcuentos 2021 - Flipbook - Página 6
Sudaka Sudada
Furia Sudaka
mención
honrosa
Mis amigues se reían cuando me preguntaban “cómo estai?” y yo respondía
“enojada”. Y ¿cómo no?, si cuando pasaba en la mañana por el puente de Pio
Nono siempre estaba la mujer vendiendo sopaipillas mientras tenía a su
guagua en el coche o en brazos. Si cuando iba por el centro, vendedores en
las veredas tenían que salir corriendo al mínimo avistamiento de un paco. Si
mis viejxs tuvieron que trabajar desde los 12 y hoy, 50 años después tienen
que seguir haciéndolo.
Ese 18 de Octubre estábamos en el Parque Bustamante, el día se puso
colorado, como cuando hay atardeceres de esos que son fotografiados para
compartirlos masivamente en redes. Mientras nos despedíamos, la Andrea
me dijo: “está pasando, estábamos todes enojades, toda la furia ya está
afuera, amiga”.
Esa noche, después de muchos años, dormí como guagüita.
Esquizofrenia (¿?)
Las formas de crianza de los 90’s eran ¿bien particulares? si las evaluamos
desde la óptica actual. Nada que hacerle, ya fuimos de ahí. A mí, por ejemplo,
si tenía una pataleta, me hacían ir a mi pieza a llorar sola hasta que se me
pasara. Como adulta traduzco esto a: que en las malas estoy sola, para bien y
para mal en este sistema neoliberal. También crecí en un hogar en el que no
se temía hablar de política y era algo que a les adultes les apasionaba, mi mini
cuerpo de entonces resonaba con esa sensación. Y en esos relatos los milicos
fueron tremendos asesinos.