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Mensaje del Fundador y Vice presidente
de la Junta de Directiva
Sarah E. R. Brewster, Ph.D, L.C.S.W., J.D.
Marzo 2020
Reflexionar sobre la historia nos ayuda a entender de dónde venimos y hacia dónde vamos. Evergreen Charter
School es el resultado de un sueño, un proceso colectivo que sin el apoyo de muchos no hubiera ocurrido.
La educación siempre ha sido fundamental para mi familia y tengo la suerte de haber tenido una base sólida
que formó mis valores, hábitos y creencias. También estoy agradecida por la educación que recibí en la
Escuela Northfield Mount Herman, un lugar especial que me inculcó valores importantes y ayudó a dar forma
a algunas de las ideas que son fundamentales para la misión y la visión de Evergreen. En Northfield, todos los
alumnos, independientemente de sus antecedentes financieros, tenían que trabajar varias horas a la semana
en diferentes trabajos. Aprendí muchas tareas diferentes que me ayudaron a apreciar la comunidad y cómo, al
trabajar juntos, podemos contribuir a un objetivo. Formábamos parte de una comunidad. El servicio a otros
también fue importante en esta experiencia.
Estoy agradecida por el liderazgo y la visión de mis padres, Martha y Gurdon, y mi abuelo, Moe, quienes
me inculcaron una profunda comprensión de cómo las diferentes culturas pueden enriquecer la vida de una
persona. Gracias a ellos, a una edad temprana, cuando tenía trece años, tuve la experiencia de vivir y trabajar
un verano en Haití. Esto cambió mi vida. Sabía que yo quería trabajar por y para la justicia y enfrentar los
desafíos de la desigualdad. Mi familia continuó apoyando mi educación y pude viajar y estudiar en diferentes
culturas en la escuela secundaria y en la universidad, entre ellas Lakota Sioux en Mission, South Dakota;
Burgos, España; Calcuta, India; Guadalajara, México; y el Caribe. Esto enriqueció mi comprensión sobre las
personas y las grandes desigualdades que existen en este mundo entre los ricos y los pobres.
Estas experiencias me formaron y me ayudaron a encontrar mi lugar en el Círculo de la Hispanidad. Cuando
llegué por primera vez a Círculo en 1999, rápidamente me enamoré de la organización donde podía compartir
mis ideas y trabajar en colaboración con otros para hacer una diferencia. Mi trabajo en Círculo comenzó
como un trabajo y, luego, rápidamente se convirtió en una vocación. Al principio, mi horario en Círculo me
permitía asistir a clases en la Universidad de Columbia, Teachers College, para terminar mi Doctorado en
Educación, y, más tarde, mi Doctorado en Derecho en Hofstra. Gil tenía una pasión por la educación que
compartíamos. Pasamos muchos días y noches hablando sobre mi tesis doctoral, sobre cómo las escuelas
fracasan por no involucrar a la comunidad, y, cómo las familias y las organizaciones comunitarias pueden
apoyar el rendimiento y el éxito de los alumnos. Fui testigo directo de cómo Círculo jugó un papel vital
apoyando la educación de aquellos alumnos que si no fuera por esto estarían desconectados de su escuela por
varias razones, entre ellas, el racismo.
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