Finding Hope, Ending Hunger on Both Sides of the Border: A Bilingual Latino Devotional - Flipbook - Page 7
ABOGACÍA
Reflexión bíblica
os cristianos son portadores de buenas y malas noticias. La tradición teológica de nuestra iglesia tiende a
moverse hacia un lado o el otro. Algunas tradiciones enfatizan la proclamación de “un cielo nuevo y una
tierra nueva”, como si eso fuera todo lo que le preocupa a Dios. Otros olvidan o ignoran las promesas
de la “nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Dios”. Desde la caída de nuestros padres originales (según)
Génesis, Dios inició un proceso de renovación de la humanidad.
L
La primera venida de Jesucristo inauguró el comienzo del fin de ese proceso.
Debemos tener en cuenta que esa transformación o renovación es un proceso
continuo. El Espíritu de Dios se está moviendo activamente, usando la iglesia
(y hasta quienes no se identifican con la iglesia) para influenciar instituciones
humanas y demandar la justicia que merecen todos los hijos de Dios.
“Hemos sido
empoderados y
enviados al mundo
para cambiarlo
para que todas las
personas puedan
experimentar ‘la
plenitud de la vida’”.
La fe que hemos recibido de Jesús y los apóstoles revela los principios del
reino de Dios y su voluntad para la humanidad. Somos un megáfono para
Dios: “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el
candelero, y alumbra a todos los que están en casa” (Mateo 5:15). Aquellos
que conocen el corazón de Dios no pueden contentarse con predicar sobre
una vida futura perfecta, mientras la gente de hoy está hambrienta, sin hogar, oprimida, esclavizada, rechazada
y asesinada.
Hemos sido empoderados y enviados al mundo para cambiarlo, y para que todas las personas puedan
experimentar “la plenitud de vida”. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4:18). Somos la voz, los brazos y los pies de Cristo en el mundo.
Somos responsables de reclamarles a nuestros funcionarios electos y, trabajar por un mundo que les ofrezca a
todos los mismos cuidados, igualdad de oportunidades y derechos. La abogacía es una herramienta poderosa
para proclamar las buenas nuevas de que Dios está renovando el mundo.
Preguntas para reflexionar
1. ¿Tienes temor de las consecuencias de pronunciarte e involucrarte en abogacía para que nuestros
funcionarios electos rindan cuentas sobre asuntos relacionados con el hambre y la pobreza?
2. ¿Crees que el Espíritu de Dios tiene la voluntad y el poder para cambiar lo que está mal en este mundo?
3. ¿Qué harás para colaborar con Dios en la renovación del mundo?
Oración
Señor, te confieso mi inercia y timidez. Despierta tu Espíritu dentro de mí. Permíteme sentir pasión y
compasión por mi prójimo que sufre. Líbrame de cualquier idea política o religiosa que ciegue mi visión
espiritual. Deseo ver a mi prójimo como Tú lo ves y ser su instrumento de liberación y renovación. Quiero ser
un fiel seguidor de Jesús. Te lo pido en Tú nombre, Amén.
Llamado a la acción
Comprométete a abogar por las personas en necesidad—involúcrate, comunícate con tus miembros del
Congreso, únete a las demostraciones, levanta tu voz, denuncia la maldad. Una vez eres testigo de la injusticia,
no te podrás detener.
El Rev. Carlos L. Malavé es el Director Ejecutivo de “Christian Churches Together in the USA”.
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